LECCIÓN N° 1 – SÁBADO 02 DE OCTUBRE DE 2021
“UNA NACIÓN EN CRISIS”
Texto de Introducción
“Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí traeré yo sobre Judá y sobre todos los moradores de Jerusalén todo el mal que contra ellos he hablado; porque les hablé, y no oyeron; los llamé, y no han respondido” Jeremías 35: 17
Si existe una palabra que describe de forma clara la condición humana, es: “crisis”. Para que Dios nos salvará de esta crisis, costó la muerte de su hijo Jesús en la cruz.
A través de la Biblia, nos encontramos con la historia de Israel, el pueblo escogido de Dios, que vivió, no sólo una crisis, sino muchas. Afrontaron muchos desafíos, tanto desde adentro como desde afuera. Pero, aunque las amenazas de los demás pueblos eran terribles, las mayores “crisis” procedieron desde adentro. Cuando hablamos de crisis que vienen desde adentro, no sólo se trata de un liderazgo o un sacerdocio corruptos, que de hecho ya es muy malo; sino también se refiere al mismo pueblo en sí, cuyos corazones se habían endurecido tanto por el pecado y la apostasía, que rechazaron las advertencias que Dios les enviaba por medio de sus profetas, entre ellos, Jeremías, y que, al acatarlas, hubiesen podido evitar el desastre que se avecinaba.
Los planes que Dios tenía para el pueblo de Israel eran muy altos; esperaba de ellos que fueran nación especial, distinta a todas las demás, y así muchos llegarían a conocer a Dios como el Creador de los cielos y la tierra. No obstante, Israel, no cumplió los propósitos de Dios para los cuales fue llamado.
1.- ¿Cuál era el plan que Dios tenía para su pueblo? Deuteronomio 7: 6
Un Dios santo… un pueblo santo; no puede ser de otra manera. Quien llama es un Dios santo en toda su plenitud, y espera que los suyos vivan conforme a ese llamado. Un pueblo “santo” era un pueblo “separado”, apartado de las costumbres de las naciones que lo rodeaban, y dedicado exclusivamente al servicio de Dios.
Cuando después de cuarenta largos años en el desierto el pueblo de Israel entró a la tierra prometida, no pasó mucho tiempo hasta que comenzaron las dificultades. Apareció una nueva generación que “no conocía a Jehová”, y comenzó una crisis espiritual, que infectó a la nación a lo largo de su historia, pasando por periodos muy oscuros y que terminaron con un pueblo, que había sido escogido de entre todos los demás, en manos de una nación poderosa, Babilonia.
NOTA
Las mismas exigencias que Dios exigió a su pueblo, de ser gente “santa”, “apartada”, dedicada sólo a su causa, son las mismas para nosotros hoy en día. En conclusión, hemos sido llamados con el mismo propósito que una vez tuvo Israel, de ser la luz del mundo y de proclamar el amor de Dios. ¿Qué haremos entonces? ¿Viviremos una “crisis” y nos apartaremos del Señor? O ¿nos volveremos a Él?
2.- ¿Por qué Dios eligió a Israel como su pueblo escogido? Deuteronomio 7: 7, 8
Las Escrituras son muy claras al mostrar que, entre todas las naciones, Dios escogió a Israel como la nación con la cual Él se daría conocer al mundo. Ésta fue la nación que Dios libertó de la esclavitud en Egipto, la nación a la cual Dios le dio la tierra de Canaán, la nación a través de la cual vendría Jesús, el Mesías. ¿Hubo algo especial en estas personas que los diferenciaba de otros? ¡Claro que no!
Entonces, ¿por qué escogió Dios a Israel? Dios los escogió porque Él le había prometido a Abraham que sus descendientes llegarían a ser una gran nación y ocuparían la tierra de Canaán (Génesis 12:3). Dios bendijo a Abraham y a sus descendientes debido a la fe de Abraham, una fe viviente por la cual él obedeció diligentemente las instrucciones y la ley de Dios (Génesis 26:3-5). Esta promesa fue repetida al hijo de Abraham, Isaac, y al nieto de Abraham, Jacob (Génesis 17:21; 26:24; 28:1-4, 13).
Así de esta manera, cuando la familia de Jacob entró a Egipto era de 70 miembros. Así comienza a cumplirse la promesa de Jehová que la descendencia de Abraham sería como las estrellas del cielo. Habían pasado unos 200 años desde esta promesa. Si bien fueron esclavizados en Egipto pero Dios no los olvidó, porque Dios no es hombre para que mienta, Él cumple. Dios lleva a cabo sus propósitos, aunque muchas veces el hombre tome otro rumbo contrario a su perfecta voluntad.
A veces pareciera que la voluntad de Dios no se fuera a cumplir. Así debieron haber pensado los hijos de Jacob cuando, después de la muerte de José, el nuevo rey de Egipto al ver como la familia de Jacob crecía rápidamente hasta convertirse en un pueblo que llenaba toda la tierra, tuvo miedo de ellos y los esclavizó.
3.- Para que Israel cumpliese su rol sagrado en el mundo, Dios hizo un pacto con ellos. ¿En qué consistió este pacto? Éxodo 19: 5 – 8
El favor de Dios para con los hijos de Israel había dependido siempre de que obedeciesen. Luego de la portentosa liberación de Egipto, Israel llega al pie del Monte Sinaí y aquí se celebra el primer pacto que ellos hacen con Jehová. De aquí en adelante, serían el “especial tesoro sobre todos los pueblos”. Ellos solemnemente habían prometido seguir por la senda de la obediencia. Dijeron: “Todo lo que Jehová ha dicho haremos” (Éxodo 19: 8). Y cuando, algunos días más tarde, la ley de Dios fue pronunciada desde el monte y por medio de Moisés se dieron instrucciones adicionales en forma de estatutos y juicios, los israelitas volvieron a prometer a una voz: “Todo lo que Jehová ha dicho haremos.” Cuando se confirmó el pacto, el pueblo volvió a declarar unánimemente: “Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos.” (Éxodo. 24: 3, 7.) Dios había escogido a Israel como su pueblo, y éste le había escogido a él como su Rey.
NOTA
Los planes que Dios tenía para su pueblo, no eran simples. Serían un sacerdocio santo. En medio de un mundo lleno de idolatría y con dioses falsos por todas partes, serían reyes, en el sentido de guiarse por el camino de la rectitud y así ser “luz” en medio de un mundo oscuro. Debían ser el medio por el cual el mundo se volvería nuevamente a Dios y así se restaurará la imagen de Dios en sus criaturas. Prepararían al mundo para la llegada del Mesías que vendría a terminar la obra de la redención.
El apóstol Pedro escribió: “… sed santos, porque yo soy santo” (1° Pedro 1: 16)
4.- En términos generales, ¿de qué forma el pueblo de Israel quebrantó el pacto con Dios? Éxodo 32: 1
Dios les había entregado los Diez Mandamientos en medio de una serie de hechos “sobrenaturales”, que trajeron temor al pueblo, pero era la única manera en que ellos entendiesen ante el Dios estaban delante de ellos.
El centro principal del pacto que el pueblo hizo con Dios consistía en que ellos serían guiados únicamente por Dios mismo que le hablaría por intermedio de una nube, primero a Moisés y éste al pueblo. No serían gobernados por un rey terrenal como las otras naciones. Mientras Israel obedeció en todo a Dios fueron prosperados.
La narración del becerro de oro puede ser el inicio de lo que se volvería a repetir en el futuro. Israel se apartó de los caminos de Dios, hizo lo malo delante de Él. Pero si recordamos que Dios los eligió por amor, es la razón por la cual se arrepentía del mal que iba hacerles y los perdonaba. Sin embargo, el pueblo una y otra vez se adentraba en el terreno de la apostasía con otros pueblos y debido a esta relación que tuvo con naciones paganas se fue corrompiendo y quisieron ser una nación igual a ellas.
Israel captó la idea de obedecer, pero debido a su instancia en Egipto aprendió la filosofía de la obediencia externa.
RESUMEN
Siempre el apartarse de Dios y querer formar nuestro propio destino ha sido y será sólo caos y destrucción. Mientras el pueblo de Dios fue guiado por Dios salió adelante a pesar de sus constantes faltas. Israel comienza a transitar por un camino que lo llevaría a ser cautivos en tierras extrañas. Todo lo que tenía sería destruido.
A través de la siguiente lección veremos las razones de su cautiverio en Babilonia.